27 mar 2012

El aire publico en la Educacion

En la voluntad de todo el magisterio se ha de sustentar el movimiento para lograr que la educación se mantenga dentro de un progreso constante de mejoramiento.
Tenemos que vencer el conformismo rutinario para erradicar las ineficiencias y no abandonar nunca los esfuerzos para superar las inercias conservadoras.
Para que exista una buena educación en México, se debe considerar un adecuado equilibrio entre la forma de ser del mexicano y la enseñanza en el aula.
Debemos analizar algunos aspectos sociológicos y políticos que se respiran en nuestro país, y que tienen relación con nuestra muy peculiar manera de vivir, y que han dado forma a nuestra conciencia social.
Diversos psicólogos, sociólogos, filósofos y periodistas como Samuel Ramos, Octavio Paz, Mauricio González, Leopoldo Zea, Alan Riding, Francisco Larroyo, José Gáos, por mencionar algunos, han escrito no pocos documentos importantes sobre nuestro comportamiento Psicológico y social.
Han expresado que los mexicanos son discretos, evasivos, orgullosos y vigilantes de las cuestiones de honor.
Se ven obligados a trabajar mucho, pero sueñan con una vida placentera. Son inmensamente creativos, y sin embargo resulta muy difícil organizarlos porque en lo interno tienen ideas claras y firmes y en lo externo se comportan de manera anárquica.
Sus relaciones entre sí y con la sociedad están guiadas por las costumbres y las tradiciones, mas que por los principios, por la práctica mas que por la ideología y por el poder mas que por la ley.
Interpreta al mundo de acuerdo con sus emociones, y en aras de expresar su individualidad, contribuye al desorden. También le resulta difícil expresar una ideología que exija congruencia estricta entre sus ideas y sus actos.
El futuro se contempla con fatalismo y el concepto de planificación es algo sin importancia. Pensando que el curso de los acontecimientos está predestinado, nuestra gente no encuentra plena justificación para disciplinarse en una rutina.
Los departamentos de planeación han existido siempre en el gobierno, pero los planes siempre han pertenecido al reino de la fantasía, y hacen las veces de manifestaciones idealistas de buenas intenciones, en lugar de serios objetivos por alcanzar.
La puntualidad y la organización son cuestiones que no tienen valor, si las citas no se cumplen nadie se molesta. El síndrome del mañana, no es síntoma de ineficiencia o pereza crónicas, sino mas bien, una filosofía del tiempo. Si el pasado está seguro, el presente se puede improvisar y el futuro vendrá por sí mismo. De esta manera los desastres que nos suceden a todos, no son desengaños importantes puesto que están considerados como inevitables.
El ni modo con su connotación de mala suerte es la respuesta normal ante un error, fracaso o accidente.
El concepto de solidaridad apenas existe y son raros los planteamientos colectivos para problemas compartidos. Los esfuerzos para organizar el trabajo de voluntarios para construir una escuela o un centro de salud fracasan invariablemente.
En conjunto, la sociedad funciona por medio de relaciones de poder, mientras que los derechos individuales están determinados por los niveles de influencia.
El logro académico es menos importante que el estilo y no son pocos los políticos que usurpan un puesto público relevante sin poseer un título profesional o una especialidad especifica.
La retórica hueca, acartonada y demagógica usada por los funcionarios de gobierno para discutir asuntos importantes es causa de gran estupefacción. Como el uso del lenguaje directo implica un compromiso, gran parte de estos discursos son conceptuales, defienden principios y valores que en la mayoría de las veces se ignoran en la práctica.
México, es el país del no pasa nada. El mañana del mexicano está ligado a su presente, por medio de un extraño concepto, el de la gana.
La realización de este mañana, la realización de todos nuestros sueños y fantasías, dependen de las ganas. El día que se nos dé la gana, el mañana se convertirá definitivamente en un hoy. Pero éste es un mañana que nunca acaba por presentarse, que nunca se realiza porque “No se nos dá la gana”. En esta forma nuestra evasión, nuestra irresponsabilidad, queda justificada.
Somos lo que somos porque así queremos ser, pero el día que decidamos lo contrario seremos otra cosa. Nada nos impide ser lo uno o lo otro, no existe un compromiso serio, y ante nadie tenemos que responder de nuestros actos.
Irresponsabilidad, he aquí la palabra que puede definir el horizonte donde actúa el mexicano. Ese algo que sentimos que nos falta, que no acertamos a definir, se encuentra oculto en ese horizonte.
Con lo que está ocurriendo en nuestro país, en otros países habría crisis espantosas, catástrofes sociales. Los estruendosos fenómenos políticos de corrupción que son constantes en nuestra patria, en Europa tumbarían a todo un gabinete, pero aquí nos asustamos un rato, lo comentamos todo el día y luego los aceptamos como accesos naturales del vivir.
Así mismo, nuestro país padece una inercia superlativa para todo lo que se refiere a la vida pública y una falta grande de tensión en otras actuaciones sociales. La mayor parte de los mexicanos no ha entrado aún en operación pública, viven al margen de su propio destino.
En poco tiempo, la confianza de la gente en sus dirigentes se ha erosionado gravemente. Los mexicanos hemos tolerado hasta la exageración los malos usos y los abusos de gobiernos irresponsables.
Los llamados principios políticos han sido plataformas sobre las cuales ciertos hombres de mal gusto han hecho grandes gestos de virtud, cuadros plásticos de heroísmo inoperante y escénico.


La mayoría de los seres humanos solo saben comer y vestirse, subsisten en la ignorancia, no gozan del don de la palabra, desconocen que son desgraciados, viven y mueren sin saberlo”
Francois Arouet (Voltaire)


“Estrategia Política Nacional”
MEXICO PATRIA NUEVA A.C.

22 mar 2012

En torno a la Educacion Nacional

MEDITACIONES EN TORNO A LA EDUCACION NACIONAL

Deberá ser motivo de preocupación la situación imperante en nuestro país, así como la necesidad urgente de realizar una cruzada nacional de reforma educativa y social de nuestra patria.
La pérdida tan seria del habito de leer, así como la baja calidad en los contenidos de la información que recibimos los mexicanos todos los días por los medios de comunicación, sean por Internet, televisivos, o escritos, son acontecimientos que hieren profundamente a nuestra nacionalidad e inteligencia.
Aquí fuera necesario que el gobierno por conducto de las Secretarias de Educación Pública y de Gobernación establecieran un control adecuado y eficaz para evitar la vulgaridad, la frivolidad, y los contenidos mediocres con que las empresas de comunicación, hace ya algún tiempo, enajenan y mediatizan a la sociedad mexicana.
Algo que debe interesarnos de manera especial, es la calidad de los egresados en los diferentes niveles del sistema educativo mexicano.
Encontramos en ellos un atraso superlativo en lo que se refiere a la cultura de humanidades; de aquí lo importante que resulta hacer una revisión a detalle de los planes, programas y contenidos que se exigen en la enseñanza básica y media superior.
En esta reestructuración académica, deberá fortalecerse la enseñanza de la cultura: ella es el sistema de ideas, el repertorio de nuestras efectivas convicciones de lo que es el mundo, sobre la jerarquía de los valores que tienen las cosas: cuales son estimables y cuales son menos.
Es útil comentar, la conveniencia de uniformizar la enseñanza en el nivel medio superior con programas y métodos académicos a la altura de nuestro tiempo.
La diversidad de escuelas sean estas: COBACH, CBTIS, CET.MAR, CBTAS, CECYTES, PREPARATORIAS FEDERALES, PREPARATORIAS POR COOPERACION, PREPARATORIAS ESTATALES, PREPARATORIAS PRIVADAS ETC. todas ellas con diferentes programas, propósitos educativos y fuentes de recursos financieros, crean un serio desequilibrio en los aspectos académicos y administrativos.
La mayoría de estas instituciones sobreviven con deficiencias diversas que desalientan a la población estudiantil.
La falta de instalaciones educativas y administrativas, suficientes y adecuadas, así como bibliotecas, aulas didácticas, centros de cómputo eficientes, lugares de esparcimiento, áreas verdes y cafeterías funcionales, salones adecuados para la practica de las bellas artes como: La pintura, la escultura, la música, el teatro, la declamación y la oratoria, así como suficientes instalaciones deportivas para la práctica del deporte, hacen que los jóvenes no encuentren gratificante a la educación.
Iniciaríamos con un paso importante si en lugar de tener muchas escuelas del nivel medio superior con deficiencias notorias, y con una población escolar de mil a dos mil alumnos por institución, el Gobierno de la República pudiera comprometerse por conducto de la Secretaria de Educación Publica, a construir en los Estados del país a verdaderas instituciones escolares, con suficiente infraestructura académica, cultural y deportiva, arquitectura confortable y estética y con una capacidad para absorber cuando menos a diez mil jóvenes.
Si esto fuera posible, deberá hacerse un análisis de todas las preparatorias que hoy se encuentran aisladas y pulverizadas en sus programas académicos, a fin de establecer en la nueva institución educativa propuesta, un grupo de materias únicas de tronco común, así como las especialidades que se han venido impartiendo en las escuelas preparatorias antes mencionadas.
Desde luego es de vital importancia recuperar a la educación nacional que ha sufrido un gran deterioro en los últimos años con programas educativos de corte anglosajón implementados en los últimos años por gobiernos panistas irresponsables.
Es urgente recuperar a la educación nacionalista que en su momento histórico fue implementada por maestros extraordinarios y patriotas, como: Don Justo Sierra, Don José Vasconcelos, Don Jaime Torres Bodet, Don Narciso Bassols, Don Agustín Yáñez, Don Víctor Bravo Ahuja, Don Jesús Reyes Heroles, todos ellos eminentes secretarios que dieron en su oportunidad gran prestigio a la educación mexicana.
Desde luego que la nueva generación de maestros que se ubicarían en estos centros de enseñanza, tendrían una excelente preparación pedagógica, con un salario profesional justo, acorde a la importancia social que representa el maestro, como sucede en los países de alto desarrollo.


“Los mexicanos tenemos la certidumbre de que las únicas culturas activas son las autenticas. Es decir, las que brotan, sin deformaciones artificiales, de las raíces de la comunidad”
Maestro Don Jaime Torres Bodet


“Estrategia Política Nacional”
MEXICO PATRIA NUEVA A.C.

6 mar 2012

La Educacion en Mexico (Parte N°2)


Una vez que la paz comenzó a consolidarse en el ámbito nacional, los intelectuales y personajes políticos que se encontraban en el extranjero debido a diferencias políticas, se fueron integrando a las instituciones de gobierno, guiados por un espíritu revolucionario. Entre estos personajes se encontraba Don José Vasconcelos Calderón.
Desde su llegada a México, el maestro Vasconcelos colaboró estrechamente con el presidente Álvaro Obregón. Como Secretario de Educación Pública, inició un ambicioso proyecto educativo que vinculaba la actitud liberadora de la educación y el nacimiento de una civilización lograda a través del mestizaje, que daría luz al espíritu para exaltar los altos valores de la condición humana. Educar, para Vasconcelos, significaba un proceso armonizador para favorecer la libertad y la democracia.

Las aulas universitarias cobraban un cambio trascendental bajo la influencia y la dirección de Vasconcelos. El ilustre maestro oaxaqueño puso en práctica su mística cultural. La patria se liberaría del estado de maldad y de barbarie en que se encontraba. La educación contenía una idea de nacionalidad capaz de despertar al país a su verdadera libertad.
El maestro sería un redentor ante un estado de miseria, ignorancia e incultura que la historia y la ultima revolución, habían colocado a la inmensa mayoría de los mexicanos.
Instructores, libros y artes, serian las nuevas armas que purificarían las diferencias raciales, económicas y morales de un México bárbaro.
La educación sería la única vía eficaz de la unidad nacional y el ejercicio democrático, porque al tener conciencia de sus fines humanos, el individuo llegaría a participar activamente en la formación de una nueva cultura que exaltaría los más altos valores espirituales.
El nacionalismo seria concebido como la realización propia de una civilización creada por la mezcla étnica cultural, que a través de la unión favorecen una nueva concepción de la vida y su realización por medio de expresiones estéticas, morales y de organización social.
La pedagogía vasconceliana pretendía transformar a las masas marginadas en grupos de individuos productivos y creadores.
La población se integraría en una unidad libre y democrática. La supresión del salvajismo y la crueldad debería abarcar a toda América Latina en una gran civilización mestiza que daría forma a la cultura Ibérica.
Vasconcelos también fundó una estructura nacional de escuelas primarias estables, no obstante la cuestión de la calidad siguió siendo controvertida, y los esfuerzos por suprimir la educación cristiana, propiciaron a producir el movimiento cristero en el bajío. Sin embargo a pesar de que la iglesia seguía dirigiendo escuelas, el gobierno reafirmó la educación universal.

José Vasconcelos expresaba en su filosofía pedagógica, que el magisterio cuya fuerza es la paciencia, no debe perder su espiritualidad social.
El buen maestro aunque carezca de fe, ha de inspirarse en un sentido de limpieza, que condena la mentira y repudia la maldad, ya sea con la fría lucidez implacable de un gran dolor o con el cálido entusiasmo de una pasión radiante.
El maestro tiene que ponerse a revisar todos los valores sociales, tiene que retroceder a los comienzos, tiene que desgarrar la historia para entenderla y rehacerla, como va a rehacer a la moral y a la sociedad.
Reconozcamos decía, que sirve aquel que produce más de lo que consume, el que da un poco más de lo que recibe, agreguemos que no sirve, no solo el que nada produce, sino que no sirve tampoco el que acapara, ni el que crea, pero guarda con avaricia su producción. No sirve aunque deslumbre de pronto, el que después de un balance justiciero, resulta culpable de haber disminuido la riqueza o de haber limitado la libertad de los hombres.
Para forjar una patria nueva, más soberana, más justa, independiente y libre, es importante asegurar la calidad de la educación.

Vasconcelos transformó su proyecto pedagógico en una obra política sin precedentes, consolidó durante algunos años una posición de vanguardia y fomentó el arte nacional.
Supo rodearse de representantes destacados del mundo intelectual para realizar su proyecto de educación popular, entre ellos: Jaime Torres Bodet, Daniel Cosío Villegas, Carlos Pellicer, Gabriela Mistral, entre otros.



"Para que la obra del magisterio redunde en el beneficio que de ella esperamos, hay que apartarla no de las altas aspiraciones de la politica, sino de esas apetencias mezquinas, de nucleos o de personas, en las que tantos caudales humanos se han agotado. Si hemos de hacer de la educacion un baluarte inexpugnable del espiritu de Mexico, habremos de comenzar por eliminar toda agitacion malsana de sus recintos"



Maestro Don Jaime Torres Bodet




“Por una Educación Liberal Nacionalista”


MEXICO PATRIA NUEVA A.C.

4 mar 2012

LA EDUCACIÓN EN MÉXICO (parte n° 1)

Al igual que la historia general del país, el desarrollo del sistema educativo se ha venido conformando bajo la influencia evolutiva de las fases determinantes de nuestra estructura social y económica.

Desde la época de la colonia, hasta nuestros días, observamos que la enseñanza nacional, refleja las características del sistema de producción que impera en nuestro entorno.
En cada periodo histórico distinguimos una corriente del pensamiento social y filosófico acorde a la distribución del poder y la riqueza.

La nueva España se caracterizó por una instrucción fundamentalmente teológica, destinada a cubrir las demandas laborales docentes y de investigación generada por la explotación de las riquezas naturales y los servicios de los grupos dominantes.
Consumada la independencia del país, se impuso el laicismo y con él la extensión popular de la instrucción consecuente con la fundación de la república.

La introducción de la corriente positivista de Augusto Comte, influyó en la formación de personal eficaz, con mentalidad cientificista.
Posteriormente, la revolución educativa confirmó el laicismo y lo orientó a la formación democrática y posteriormente al populismo. En esta fase se intentó formar hombres libres, cultos y autosuficientes para determinar el poder político y económico de la nación.


La Educación en el México Independiente

Igualdad y Libertad para todos, protección a la propiedad privada y el derecho al trabajo fueron ideales heredados de la influencia francesa que fortalecerían al país, sin embargo, México la nación emancipada de la corona española confrontaba el compromiso de desarrollar un país desintegrado y colmado de heterogeneidad cultural, económica y social entre sus habitantes.

En la nueva organización mexicana, los servicios educativos se encargan al ministerio de relaciones (1821-1836).

Mientras tanto, en el plan de la constitución de la república mexicana se hablaba de las promesas de la creación de institutos nacionales de enseñanza pública, para instruir a la población con las cuatro clases de ciencias: Físicas, exactas, morales y políticas.
En 1833, la política educativa adquiere un rumbo de certidumbre ideológica con la visión liberal nacionalista de Valentín Gómez Farías.
Una nueva concepción de los asuntos gubernamentales orientaba las acciones políticas hacia cauces populistas. El estado seria responsable de la labor educativa nacional conforme a los principios ideológicos que motivaron a los líderes del movimiento de independencia: Libertad a través de la educación y el trabajo.

Desde la primaria, los estudiantes mexicanos recibirían instrucción cívica política. La educación que hasta antes del periodo de la reforma era privativa de una pequeña minoría, estaría en consonancia con las ideas sociales de la constitución.
Benito Juárez, estableció el principio de la educación gratuita, obligatoria y laica, en la constitución de 1857, aunque subsistieron las escuelas dirigidas por la iglesia. Era necesario conformar un orden social duradero, y eso se lograría solo a través de una educación encaminada a formar la nueva clase dirigente.
Para tal fin Benito Juárez formó una comisión encargada de redactar un proyecto de reforma educativa, con el Dr. Gabino Barreda como coordinador.
Este ilustre mexicano nacido en Puebla, había estudiado medicina en Paris, y había sido uno de los principales discípulos de Augusto Comte.
. Uno de sus logros más importantes fue implantar la educación primaria gratuita y legislar la obligación de los padres de no dejar en la ignorancia a los hijos; Incluso se autorizó una sanción económica a los que infringieran este precepto de ley.
En 1867; Barreda fundó la escuela nacional preparatoria en el edificio del antiguo colegio jesuita de san Ildefonso. El científico intelectual se preocupó también de que los profesores redactaran los textos de acuerdo con los programas escolares y se encargaran de publicarlos, fomentando así la industria editorial y disminuyendo con ello la dependencia del extranjero.

El Dr. Barreda consideraba que la educación positiva debía empeñarse en imponer determinadas ideas o dogmas, sino que su objetivo principal era la eliminación de perjuicios y sobre todo la formación en el mexicano de una cultura universal.
En la llamada época del porfirismo, surge la figura excelsa del maestro campechano Don Justo Sierra, que como subsecretario de justicia e instrucción, promovió la reforma integral de la educación.

Su posición ideológica, arraigada en las ideas del liberalismo, favoreció su labor hacia la pedagogía social. Una actividad constante y fecunda lo llevo a postular proyectos cuyas metas consistían en dignificar la situación que padecían las instituciones mexicanas de enseñanza.

El maestro Sierra afirmaba, con sus acciones, la convicción de que sin hombres preparados se hace imposible el gobierno y el progreso de la nación.

La labor del maestro Justo Sierra en beneficio de la educación mexicana incluía programas de reestructuración pedagógica en todos los niveles de la enseñanza.

Las ideas unitarias de una pedagogía social, expuestas por el maestro Sierra, conformaron el marco de actividades docentes y de investigación que habría de tener la Universidad Nacional.

A don Justo Sierra se debe que el establecimiento de la universidad se haya hecho realidad en 1910, ya que ésta había sido suprimida en 1865.


“Formar un tipo de hombre, un nuevo hombre: Ese ha sido el ideal de cada época histórica. ¿Contribuirán las universidades y los tecnológicos a la formación de un hombre nuevo? Si no lo hacen, querrán decir que están de acuerdo con el que existe: Un Simulador de la Virtud”.


Lic. Vicente Lombardo Toledano


“Por una Educación Liberal Nacionalista"


MEXICO PATRIA NUEVA A.C.

26 feb 2012

El Alma y la Formacion del Maestro

El concepto de educador es un concepto más amplio que el del maestro; designa a toda persona que ejerce acción educadora.

La madre es la primera y principal educadora del niño, pero junto a ella obran ya sobre el niño los demás miembros de la familia. En general, toda existencia humana influye y es influida por el medio en que se vive.

El educador también puede influir como tal, voluntaria o involuntariamente, en la vida de sus semejantes. El maestro es el educador activo que consagra su vida a la acción pedagógica, el maestro es el hombre que no solo influye en la educación de los conciudadanos haciendo que estos puedan realizar cada vez mayores valores culturales, sino el hombre que posee además innegable inclinación encaminada a mantener dichas realizaciones.

George Kerschensteiner llama pedagogo práctico al maestro, para diferenciarlo, asimismo, del teórico de la educación. Este, como su nombre lo indica, es el investigador consagrado al estudio de los principios y leyes de la pedagogía. Aquel, el hombre que lleva a cabo de manera práctica las tareas de la enseñanza.

Uno de los errores más ingenuos es el de suponer que los pedagogos prácticos más eminentes son aquellos que han escrito libros llenos de erudición sobre materia pedagógica. Mientras en las ciencias matemáticas, o en la filosofía, se infiere con razón que el autor de una obra importante debe haber sido un gran matemático o filosofo, puede considerarse como una falsa deducción en pedagogía, puesto que el educador, propiamente dicho, es siempre un hombre ocupado en la práctica.

Tampoco hay que suponer imposible la existencia de un teórico que, penetrando tan profundamente en la naturaleza de su objeto, pueda poseer gran valor como hombre práctico.

El psicólogo alemán Jung, reduce a dos tipos, las diferentes conductas de los hombres: los tipos introvertidos (reflejados sobre sí mismos) y los extrovertidos, a saber, los hombres comunicativos por excelencia.

El estudio más importante que se ha formulado sobre el particular se debe al filósofo y pedagogo alemán Eduardo Spranger.

Su doctrina de los tipos humanos se funda tanto en la naturaleza psíquica de los hombres, como en las formas de la cultura, y no en datos fisiológicos (formas de vida).
Spranger señala seis tipos de vida humana: el hombre teórico, el imaginativo, el religioso, el social, el económico y el autoritario.

El hombre teórico, es aquel en el cual predomina la ley de la objetividad, o es regido por el impulso del conocimiento objetivo en su desenvolvimiento espiritual. Es el hombre que, siempre y ante todo, se esfuerza por comprender la realidad y el ser.

El hombre imaginativo, es el artista, no quiere comprender objetivamente la realidad, sino representar la significación subjetiva de la realidad tal y como él la vive, y hacerla eficaz, mediante su actuación.

El hombre religioso, está determinado, en sus acciones y omisiones, por la relación de todos los fenómenos y realidades de una idea espiritual más elevada, en donde las manifestaciones de su vida interna encuentran satisfacción en un estado de espiritualidad pura.

En el hombre social, es el amor la ley que rige su vida; simplemente el amor hacia el hombre. Su instinto fundamental no es comprender, ni formar, ni establecer relaciones trascendentes, sino el simple amor hacia el hombre vivo, con sus sentimientos de solidaridad y sacrificio por los semejantes.

El hombre económico, se ve impulsado por el principio económico que tiende a producir, adquirir y propagar con el menor gasto de esfuerzo y la mínima inversión de bienes el mayor provecho posible.

El hombre Autoritario, a cuyo tipo pertenecen los grandes políticos, esta poseído por la ley del dominio. Aspira siempre, y sobre todo, a imprimir a los demás la dirección de su voluntad, de forma que las voluntades ajenas coincidan con la suya propia.

Ahora bien, el verdadero educador pertenece al tipo del hombre social. En el domina la tendencia a servir a sus semejantes, y para ello, concurren en su persona ciertas y peculiares características: El amor a los niños, la inclinación de darse a los seres más débiles, los más abiertos a todas las influencias, a los que más confían en la fuerza y bondad de los adultos, constituye la primera condición de un buen educador.

El amor del educador es un amor al servicio de la elevación cultural del niño; educador que en un momento dado, puede tornarse austero, si el bien del niño así lo exige.
Junto a la didáctica y al sentido de los valores, el autentico maestro no puede dejar de experimentar la percepción de estos valores y la conciencia de responsabilidad que asume como educador, sea esta frente al educando, a la sociedad y a la familia que le confían nada menos que a las nuevas generaciones.

El oficio del educador exige una capacidad tal de resistencia a la fatiga, que no se la imaginan quienes no la han practicado. La tensión constantemente dirigida a los niños, la imaginación siempre activa para despertar los variados y heterogéneos intereses de los educandos, la mímica requerida para no hacer decaer el entusiasmo de los alumnos, la preparación de la enseñanza, que duplica la tarea, significan entre otras cosas, un considerable desgaste de energías solo compatible con una naturaleza saludable.

Una inteligencia excepcional no es una cualidad necesaria del buen maestro, pero si un claro sentido de la vida, apoyado por una sólida cultura. Sobre todo, lo que necesita un buen maestro es innegable penetración psicológica, que le permita adentrarse en la vida intelectual y emotiva de los niños.

Precisamente en esta aptitud de comprensión psíquica se funda la formación específica del maestro.

Es indudable que el maestro debe poseer las aptitudes necesarias para asimilar y dominar los conocimientos que ha de impartir; mas todo esto tendría poco valor sino dispusiera de habilidad y de técnica adecuadas para promover en los educandos la inclinación fecunda para la adquisición de estos conocimientos.

Respecto al perfil ético del maestro, la probidad intelectual constituye uno de sus rasgos esenciales. La Probidad es la virtud moral de reconocer con propósitos de elevación y superación la verdad de los hechos.

Para el maestro la probidad se revela frente a los niños en cuanto reconoce los esfuerzos de estos, poco importa que no vayan acompañados del éxito deseado.
La probidad se manifiesta en la generosidad del educador. Toda enseñanza es por sí misma un acto de donación: el acto pedagógico trata de llevar al educando lo mejor, lo más noble de la existencia. Gracias a la probidad, el maestro puede convertirse en el modelo del discípulo.

Difícil tarea la de encarnar la ley de la disciplina sin caer en la austeridad, de hablar en nombre de la razón científica o moral sin hacer inútiles razonamientos, de ser un maestro en pensamiento y en conducta sin enorgullecerse de sus palabras y de sus gestos.

Alegría y buen humor son otras cualidades del buen educador. La alegría es el gran catalizador de la educación. Certera afirmación que los educadores no han meditado nunca suficientemente.
La alegría del educador es un hecho espontáneo de su personalidad; es la expresión de su afecto y simpatía hacia la vida y la sociedad, hacia el niño y la idea de progreso humano.
Es por ello, que la comunidad educativa constituida entre maestros y discípulos solo puede florecer en una atmósfera de idealismos, en la creencia más firme en la realización de los más caros ideales de la humanidad.


“No hay más que dos clases de hombres, los que destruyen y los que construyen, y solo hay una moral, la antigua y eterna, que solo cambia de nombre cada vez que se ve prostituida, pero se mantiene en esencia la misma.
Hoy conforme a nuestros tiempos podríamos llamarla la moral del servicio, según ella, habría también el hombre que sirve y el hombre que estorba”


Maestro José Vasconcelos Calderón



"Por una Reforma Educativa Integral”
MEXICO PATRIA NUEVA A.C.