6 mar 2012

La Educacion en Mexico (Parte N°2)


Una vez que la paz comenzó a consolidarse en el ámbito nacional, los intelectuales y personajes políticos que se encontraban en el extranjero debido a diferencias políticas, se fueron integrando a las instituciones de gobierno, guiados por un espíritu revolucionario. Entre estos personajes se encontraba Don José Vasconcelos Calderón.
Desde su llegada a México, el maestro Vasconcelos colaboró estrechamente con el presidente Álvaro Obregón. Como Secretario de Educación Pública, inició un ambicioso proyecto educativo que vinculaba la actitud liberadora de la educación y el nacimiento de una civilización lograda a través del mestizaje, que daría luz al espíritu para exaltar los altos valores de la condición humana. Educar, para Vasconcelos, significaba un proceso armonizador para favorecer la libertad y la democracia.

Las aulas universitarias cobraban un cambio trascendental bajo la influencia y la dirección de Vasconcelos. El ilustre maestro oaxaqueño puso en práctica su mística cultural. La patria se liberaría del estado de maldad y de barbarie en que se encontraba. La educación contenía una idea de nacionalidad capaz de despertar al país a su verdadera libertad.
El maestro sería un redentor ante un estado de miseria, ignorancia e incultura que la historia y la ultima revolución, habían colocado a la inmensa mayoría de los mexicanos.
Instructores, libros y artes, serian las nuevas armas que purificarían las diferencias raciales, económicas y morales de un México bárbaro.
La educación sería la única vía eficaz de la unidad nacional y el ejercicio democrático, porque al tener conciencia de sus fines humanos, el individuo llegaría a participar activamente en la formación de una nueva cultura que exaltaría los más altos valores espirituales.
El nacionalismo seria concebido como la realización propia de una civilización creada por la mezcla étnica cultural, que a través de la unión favorecen una nueva concepción de la vida y su realización por medio de expresiones estéticas, morales y de organización social.
La pedagogía vasconceliana pretendía transformar a las masas marginadas en grupos de individuos productivos y creadores.
La población se integraría en una unidad libre y democrática. La supresión del salvajismo y la crueldad debería abarcar a toda América Latina en una gran civilización mestiza que daría forma a la cultura Ibérica.
Vasconcelos también fundó una estructura nacional de escuelas primarias estables, no obstante la cuestión de la calidad siguió siendo controvertida, y los esfuerzos por suprimir la educación cristiana, propiciaron a producir el movimiento cristero en el bajío. Sin embargo a pesar de que la iglesia seguía dirigiendo escuelas, el gobierno reafirmó la educación universal.

José Vasconcelos expresaba en su filosofía pedagógica, que el magisterio cuya fuerza es la paciencia, no debe perder su espiritualidad social.
El buen maestro aunque carezca de fe, ha de inspirarse en un sentido de limpieza, que condena la mentira y repudia la maldad, ya sea con la fría lucidez implacable de un gran dolor o con el cálido entusiasmo de una pasión radiante.
El maestro tiene que ponerse a revisar todos los valores sociales, tiene que retroceder a los comienzos, tiene que desgarrar la historia para entenderla y rehacerla, como va a rehacer a la moral y a la sociedad.
Reconozcamos decía, que sirve aquel que produce más de lo que consume, el que da un poco más de lo que recibe, agreguemos que no sirve, no solo el que nada produce, sino que no sirve tampoco el que acapara, ni el que crea, pero guarda con avaricia su producción. No sirve aunque deslumbre de pronto, el que después de un balance justiciero, resulta culpable de haber disminuido la riqueza o de haber limitado la libertad de los hombres.
Para forjar una patria nueva, más soberana, más justa, independiente y libre, es importante asegurar la calidad de la educación.

Vasconcelos transformó su proyecto pedagógico en una obra política sin precedentes, consolidó durante algunos años una posición de vanguardia y fomentó el arte nacional.
Supo rodearse de representantes destacados del mundo intelectual para realizar su proyecto de educación popular, entre ellos: Jaime Torres Bodet, Daniel Cosío Villegas, Carlos Pellicer, Gabriela Mistral, entre otros.



"Para que la obra del magisterio redunde en el beneficio que de ella esperamos, hay que apartarla no de las altas aspiraciones de la politica, sino de esas apetencias mezquinas, de nucleos o de personas, en las que tantos caudales humanos se han agotado. Si hemos de hacer de la educacion un baluarte inexpugnable del espiritu de Mexico, habremos de comenzar por eliminar toda agitacion malsana de sus recintos"



Maestro Don Jaime Torres Bodet




“Por una Educación Liberal Nacionalista”


MEXICO PATRIA NUEVA A.C.

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