25 jul 2010

DE POLÍTICOS Y TÉCNICOS

Desde hace algún tiempo se habla de que la única salvación al problema social y económico en que se encuentra México sería entregar el manejo de las instituciones de gobierno a unos cuantos técnicos. De esta manera se dice los órganos de la vitalidad nacional, funcionarían rectamente, la hacienda publica estaría bien ordenada, la instrucción popular mejoraría etc.
Aun cuando algunos de nosotros somos técnicos, consideramos que la idea no es del todo aceptable. Basta que sea una ruta equivocada la que marca esa idea, para que se constituya en un error considerable en esta hora de México, que es hora de urgentes reflexiones y no de vagas experiencias.
Un técnico es un hombre que conoce suficientemente a la ciencia, así como la realización de las cosas.
Técnico en instrucción publica, es un conocedor de la ciencia pedagógica o de la administración escolar; Técnico en hacienda es un economista científico, un hombre que sabe como deben disponerse las leyes y organizarse los servicios fiscales para que la riqueza nacional sea mayor y su reparto equitativo.

Técnico en transportes sabe con todo detalle cual es el procedimiento mas eficaz para obtener con una red caminera el mayor trafico vehicular.
¿Cómo dudar de que nadie mejor que los técnicos para conducir con certidumbre las instituciones ministeriales?.


Sin embargo se olvida un factor de importancia decisiva. La ciencia supone siempre que en los procesos naturales no va a intervenir ninguna voluntad particular, que el técnico va a luchar con las cosas, pero nunca con la voluntad a veces hostil de las personas, por ejemplo, con grupos de la opinión publica enemigos de una determinada practica.

Colóquese por ejemplo, en la secretaria de Hacienda, al mejor economista mexicano; él decidirá con plena conciencia el establecimiento de tales o cuales disposiciones hacendarías; los grupos sociales que se ven afectados por esta disposición, opondrán la resistencia de su voluntad, y he aquí el problema técnico o de dominio sobre las cosas convertido en una lucha de voluntades, que es precisamente la política.

A estas voluntades hostiles ¿cómo puede enfrentarse un técnico? ¿Con sus libros, con sus razones científicas? Todo será en vano.

A una voluntad solo cabe oponer otra voluntad. Para ello tendrá el técnico que buscar el apoyo de la opinión publica, tendrá que recurrir a los hombres cuya ocupación consiste precisamente en organizar y representar las voluntades colectivas, es decir, a los políticos. De esta manera, el técnico deberá entender y hacerse político si de verdad quiere hacer algo.

No creemos que ningún técnico, si además de técnico es persona seria, aceptase el encargo de organizar un servicio publico, si no se le garantiza un fuerte apoyo y la continuidad de su servicio. Esta es la primera condición de toda labor técnica.

Si un gobierno de políticos dura dos meses, un gobierno de técnicos, falto de apoyo organizado en fuerzas publicas, duraría dos semanas. Con todo ello solo se conseguiría una cosa: el desprestigio del técnico.

En México y en nuestro estado, donde tantas cosas andan con el honor maltrecho, seria tristísimo preparar a conciencia un nuevo desprestigio.

Precisamente porque creemos que sin técnicos no puede organizarse en grande la existencia de los mexicanos, precisamente porque hallamos en la escasez de buenos técnicos una de las causas de la decadencia nacional, nos importa mucho que no se trate livianamente la idea del tecnicismo, colocando allí a técnicos donde indefectiblemente habrán de fracasar.

Comprendemos por que en nuestro país, ha venido a ser casi necesario poner todo en manos del técnico. Porque el político al uso es de tal modo ignorante, inculto y vulgar, que en comparación con él, a cualquier cosa le llama técnico.

¿Por qué hemos llegado a tal desprestigio? ¿Por qué la casi totalidad de los hombres que nos gobiernan son de temperamento silvestre?. No debemos pues de extrañarnos de que hoy el cuerpo político gobernante sea inservible.

Por ello, nos parece un mal arreglo sustituir a los políticos por los técnicos. No; lo que hace falta en la gobernación no son técnicos, sino políticos competentes.

En la Administración Publica del Estado, casi no encontramos técnicos, y escasean los políticos competentes. Todo es improvisación y demagogia.




México Patria Nueva A.C.

Estrategia Política Nacional.

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